27 may 2007

El taxista tuerto

No tengo nada contra la gente con problemas visuales; yo misma sin gafas no me veo ni los pies. Pero subir a un taxi y que el chofer se gire y sea tuerto, me ha dado mal rollo. Cuando ha empezado a llamarme guapa, reina y preguntarme si el libro que llevaba entre las manos ("Todo bajo el cielo, de Matilde Asensi, un tochaco) era un Tintín, ya lo que me daban eran ganas de bajarme.

Cojo taxis con bastante frecuencia, tanto para el trabajo (ir en metro no queda profesional, paga el despacho) como para salir de noche; hasta he hecho parte de mi última mudanza en taxi. Así que conozco a taxistas de todo tipo, aunque lo habitual es que me toque el tío rarillo con ganas de cháchara. Quizás soy yo que les doy pie, pero la cuestión es que o me cuentan la vida (si se me escapa que soy abogada sale cualquier porblema con la justicia que hayan tenido fijo, especialmente divorcios) o intentan interrogarme sobre la mía. O directamente inician un amago de ligoteo, que siempre había considerado ganas de perder el tiempo, hasta que una conocida me contó que un sábado noche se lió con el taxista que la llevaba a casa.

Al final siempre acabo tomándomelo a risa y sólo una vez he pasado auténtico pánico. Uno que se pasó el viaje recitándome poemas me puso los seguros y no me dejaba bajar del coche. Me tragué los nervios y le fui dando palique, sin dejarle ver que me estaba asustando y a los diez minutos, supongo que cuando se le acabó el repertorio, bajé pitando.


3 Comments:

Blogger J. said...

bufff, mal rollo de verdad. los taxistas son extremistas: o son unos brasas o unos mudos. yo me hubiera bajado con un tuerto.

bss

28/5/07, 11:39  
Blogger Achab said...

Liarse con el taxista... miedo

28/5/07, 19:05  
Blogger Sil said...

Como la peli de El otro lado de la cama, ufff.... La filosofía del gremio del taxi merece varios post. Por cierto, 18 eurazos pagué ayer por un taxi del trabajo a mi casa, quince minutos de trayecto, me quedé alucinada!

7/6/07, 13:41  

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