Mi primer corte chispas

Más cerca de los 32 que de los 31, y nunca me había cortado. Ayer, además de estrenar paella, vitrocerámica y demás, me estrené el dedo cortándome a lo tonto con una lata.

Mi vena dramática apareció. Ya me veía al Nene llevándome a urgencias, en pijama los dos, sacando el pañuelito blanco por la ventanilla del coche, luciendo ante médicos, enfermeras y pacientes, mi dedo ensangrentado a conjunto con mi pijama rojo.

Vi claro que no ibamos a ir cuando el que tenía que hacerme de chofer se empezó a tronchar y a afirmar que eso no era nada, y que menuda blondie estaba hecha.

Lo admito, eran unos 2 centímetros de corte no profundo, y a los 10 minutos dejó de sangrar, pero cuando el dedo es de una, parecen 20, hondos y la sangre sale a chorro, y más, si has leído un cuento del genial Gabriel García Marquez, basado precisamente, en un pequeño corte en un dedo: El rastro de tu sangre en la nieve.