5 feb 2007

Abogados y presupuestos

Por desgracia, estoy buscando un compañero penalista para que lleve un asunto que me toca de cerca.
Mi jefe me ha recomendado a uno. Le he llamado. Me ha hecho un presupuesto equivalente a mi sueldo de un mes, incrementado en el 50% si ganábamos, más gastos, y me ha pedido una provisión de fondos equivalente al total. Cuando he protestado se ha molestado. No le he encargado el asunto pero tampoco le he dicho lo que pensaba, porque yo sí que estaba cabreada. Más que nada porque me estaba intentado sablear vilmente, a la vez que pretendía cobrar un premio por hacer su trabajo y encima por adelantado. No podía, he tenido que ser como tantas otras veces, hipócrita. (Dejo para otro post hablar de mis inicios en el maravilloso mundo de la hipocresía, allá por EGB, y su gran desarrollo en el mundo laboral).
He decidido llamar a una compañera procuradora. No sólo me hará mañana una gestión gratis, sino que me ha dado el número de una profesional encantadora, que me ha presupuestado menos de la mitad, sin premios por hacer el trabajo encargado, y que lo más importante, me ha tranquilizado. Puedo llevar asuntos de varios millones de euros y no me asusta, pero cuando le tocan el bienestar a alguien que me importa, entonces me acojono. (Acojone del que se aprovechan leguleyos de apellido como el primero).
¿Cuánto vale realmente llevar ese asunto? No lo sé. Como pasa con los pisos, el que alguien esté dispuesto a pagar.
Lo más triste de todo, que da igual quien nos asesore, porque la justicia no existe.