La hermanísima

La televisión, los periódicos, los blogs, van llenos de la muerte de "la hermanísima". Cada día está saliendo algo nuevo: hoy en "El buscador" de Telecinco, la nueva perla: la suicida ha dejado cinco cartas; después de irse, quiere seguir organizando.

No soy nadie para juzgarla, debía estar sufriendo mucho, pero no entiendo como alguien con una hija de seis años puede suicidarse y más teniendo trabajo, familia, pareja, amigos, dinero, etc.

He conocido la depresión de cerca, incluso podría decirse que tengo tendencia por antecedentes famliares, pero sigo sin comprender como las personas acaban cayendo en ella. Entiendo y comparto que las bofetadas-putadas de la vida lleven al desánimo, la tristeza, el vacío, la desolación, y a mucho más.

Pero ahí tiene que aparecer la fuerza y la grandeza de las personas:coger todo eso, superarlo y seguir viviendo. Nada de dejarse llevar por lo facil, hundirse en el pozo y dejar huérfano a un hijo.

En el tercer mundo nadie padece de depresión, están demasiado ocupados buscando qué comer para poder sobrevivir un día más.

En el primer mundo, cada vez hay más depresivos, más asqueados de la vida cómoda que llevan y que cada vez se merecen menos.