30 mar 2008

Mala fama


















Aunque no debería extrañarme, siempre que alguien me recuerda, amablemente, la mala fama de los abogados, sigo sorprendiéndome y lamentándome.

Somos igual que cualquier otro profesional, intentamos hacer bien nuestro trabajo y tener contento al cliente, más que nada para que nos pague y vuelva, que de algo tenemos que vivir.

Pero no hay manera, todo el mundo nos ve como problemáticos y burócratas, ¿será quizás porque sólo vienen a nosotros cuando, tras ir actuando sin asesorarse, han metido la pata tan hasta el fondo que sólo pueden pedir socorro?

En fin, que el círculo seguirá eternamente y sólo nos quedará como consuelo poder machacar a algún cliente de los que firman sin pensar y después necesitan ayuda para deshacer el entuerto, aunque en realidad, deberíamos felicitarlo, porque así nos garantiza más trabajo.

20 mar 2008

Cuatro días sin despertador