El taxista tuerto

No tengo nada contra la gente con problemas visuales; yo misma sin gafas no me veo ni los pies. Pero subir a un taxi y que el chofer se gire y sea tuerto, me ha dado mal rollo. Cuando ha empezado a llamarme guapa, reina y preguntarme si el libro que llevaba entre las manos ("Todo bajo el cielo, de Matilde Asensi, un tochaco) era un Tintín, ya lo que me daban eran ganas de bajarme.

Cojo taxis con bastante frecuencia, tanto para el trabajo (ir en metro no queda profesional, paga el despacho) como para salir de noche; hasta he hecho parte de mi última mudanza en taxi. Así que conozco a taxistas de todo tipo, aunque lo habitual es que me toque el tío rarillo con ganas de cháchara. Quizás soy yo que les doy pie, pero la cuestión es que o me cuentan la vida (si se me escapa que soy abogada sale cualquier porblema con la justicia que hayan tenido fijo, especialmente divorcios) o intentan interrogarme sobre la mía. O directamente inician un amago de ligoteo, que siempre había considerado ganas de perder el tiempo, hasta que una conocida me contó que un sábado noche se lió con el taxista que la llevaba a casa.

Al final siempre acabo tomándomelo a risa y sólo una vez he pasado auténtico pánico. Uno que se pasó el viaje recitándome poemas me puso los seguros y no me dejaba bajar del coche. Me tragué los nervios y le fui dando palique, sin dejarle ver que me estaba asustando y a los diez minutos, supongo que cuando se le acabó el repertorio, bajé pitando.

El Jueves cumple 30

La revista que sale los miércoles ha llegado a la trentena. Lo celebran con un extra especial dedicado a los lectores y un libro recopilatorio de sus más de 1500 números.

Es otro de mis apoyos para superar la semana. Consiguen arrancarme sonrisilla y alguna carcajada en el camino al trabajo, especialmente La Parejita SA, Para Ti Que Eres Joven y El Profesor Cojonciano.

Breve

Nueva fórmula para soportar la semana laboral:

Cocktail y picoteo por 7 euros + charloteo variado con amiga (desde la filosofía al sexo)

Putadas varias

Hacía demasiados posts que no escribía sobre mi fantástica vida laboral. Así que vuelvo a la carga.

Está siendo una semana rica en putadas varias, lo cual tiene su gracia, no lo niego, pero ésta sería mayor si la que hiciera las putadas fuera yo y no sólo las recibiera. Colecciono de todo tipo:

• Preparo un tema con una fiscalista del despacho. Me dice que la operación sólo paga el 1% de impuestos. Cuando ya está la escritura hecha, me doy cuenta que paga el 5%. La que envió el mail diciendo que sólo el uno soy yo. Creo que el cliente se va a mosquear porque hablamos de cientos de miles de euros.
• Mi jefe se da cuenta que hace meses que tenímaos que habe renviado un burofax que nunca ha salido. El lo tenía encima de su mesa para revisarlo, pero la culpa es mía
• La Jefa de Administración (la secretaria más antigua vamos) quiere ejercer su poder sobre los demás. Mail borde de: o gastas tus días de vacaciones antes del 31 de diciembre o los pierdes, pero cuidado de no hacer más de 3 semanas de golpe, y de no hacerlas a la vez que el jefe, y de que no sean en días punta, y de avisarnos y esperar a que las aprobemos.

Por mi parte me limito a pequeñas venganzas que no llegan ni a putadilla, y para colmo alguna involuntaria:

• Mi jefe se da cuenta de que al día siguente él y dios (el socio mayoritario) viajan a Madrid y que no tiene secretaria. Aunque soy la abogada de más experiencia, se ve que soy la única capacitada para gestionar el tema de los billetes de avión. Muy bien, yo lo hago. Hora de salida del aeropuerto del Prat: 7 de la mañana. Ante la protesta: es que es el más barato.
• Jueves tarde. Estoy esperando a un cliente en la notaría. Me llama: "¿Tú que dirección me has dado?" "Pues calle tal número cual" "No, yo tengo calle otratal y aquí lo único que hay es un tío de dos metros calvo de arriba y con melena rizada que me acaba de abrir la puerta en pelotas y con un albornoz abierto" "Um, vale, solo estais a 20 minutos andando os espero"

Batir de alas

Sábado noche. Cena con dos objetivos: celebración de cumples y juntar grupos varios para conocer gente.

Mayoría de hombres (no se sabe si solteros) a la caza + hembras desparejadas escasas (que no disponibles, pero el criterio escaseaba) = técnicas poco sútiles + negativa por parte del amigo que nos invitó de conocer a ninguno de los atacantes.

Ejemplos:

- Fardar de profesión. "Soy notario". Um, a ver, trabajar en una notaría no es equivalente a aprobar unas oposiciones

- Fardar de actividades. "Juego al tenis y bailo salsa" Tengo un amigo que fue profesional y es profesor y una amiga salsera hasta la médula. Así q y?

- Fardar de viajes. "Acabo de venir de Cuba y me voy a Santo Domingo, si te quieres venir". Contigo al fin del mundo.

- Tocar sin venir a cuento. La pierna es mía gracias. El hombro también. Manitas en los bolsillos ya.

- Piropear. "Uy, que te daba la espalda, perdona, con las dos buenas razones que hay para mirarte".

El aleteo de sus alas era ensordecedor. Tanto que les impedía oir las risas que provocaban.

Lo mejor de la noche: cuando los buitres consiguieron quedarse a solas con sus presas (casualidades de la vida), una aguila imperial hizo su aparición (el tenista, que se apuntó a la fiesta): los puñales volaron por los aires pero aún y así no cejaron en su empeño.

Spiderduck

31