Clientes muy imbéciles

Uno de los inconvenientes de trabajar para otros es que no puedes escoger a tus clientes. Nunca he deseado tanto tener mi propio despacho como ayer, caundo recibí la llamada del cliente más imbécil que he tenido nunca.

Ya vi que la cosa iba a ir mal cuando oí la primera frase: "Hace cuatro horas que te he enviado un mail y todavía no lo has contestado". Y eso le llevó a encadenar una serie de quejas, todas igual de "fundadas", la mejor que era mi culpa que el Registro Mecnatil todavía no haya emitido un certificado que pedimos la semana pasada.

Sí claro, yo me paso el día sentada delante del pc, esperando únicamente a que llegue su mail, no ninguno otro, y sólo verlo, lo dejo todo, y lo contesto y ni como ni me levanto de la silla hasta que le llamo y me aseguro de que lo ha recibido. Y como soy Dios, llamo al RM y me dan lo que pida para el señor al instante.

La lengua me sangraba de lo que me la estaba mordiendo, porque tuve que tragarme las ganas de decirle lo que pensaba y darle la razón, disculparme y mover cielo y tierra para que el lunes por la tarde pueda constituir su sociedad. Lo único que me alegra es que cuanto antes lo haga antes conseguiré quitármelo de mi vista.

Me quedan dos consuelos:

- desahogarme escribiendo aquí lo que se merecía que le contestara: "coja su dinero y métaselo por el culo, porque le va a constituir la sociedad su puta madre"

- y sonreir, por fin, cuando mi "incompetencia" le lleve a decirme que se va a buscar otro abogado